El Instituto Psicobiológico aboga por el nuevo modelo educativo de habilidades emocionales que propone la OCDE

El ‘Study on Social and Emotional Skills’ (2018) que impulsa la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) coincide con la filosofía del Máster en Inteligencia emocional multidisciplinar y transversal

El Instituto Psicobiológico es muy consciente del paulatino cambio que se está produciendo en un modelo educativo que busca redefinirse, especialmente en los últimos años, a través de nuevos paradigmas, teorías y programas multidisciplinares que giran en torno a la Inteligencia y a la Educación emocional.

Los departamentos de Recursos Humanos de las organizaciones y empresas quieren conformar las mejores plantillas, y por esta razón están poniendo el énfasis no sólo en el historial académico-laboral de los trabajadores, sino ahora también en las habilidades sociales y emocionales, en destrezas como la responsabilidad, el trabajo en equipo-cooperación, la sociabilidad, resistencia al estrés o la empatía.

Hemos hablado en varias ocasiones acerca del cambio de modelo pedagógico-educativo –tanto en el entorno familiar como de la Enseñanza reglada–, y así lo han advertido importantes organismos internacionales como el Foro Económico Mundial, así como en las más relevantes empresas buscadoras de empleo, como Adecco.

Igualmente la implantación en el sistema de enseñanza ya es una realidad en nuestro país: la Educación emocional ya forma parte del programa de contenidos de las nuevas Leyes de Igualdad en España, y las competencias emocionales ya se están exigiendo en la oferta de empleo público docente universitario.

En este nuevo contexto, una de las organizaciones que más ha apostado por la potenciación de las destrezas emocionales es la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), que en 2015 publicó el informe Skills for Social Progress: The Power of Social and Emotional Skills (Habilidades para el progreso social: El poder de las habilidades sociales y emocionales), que incide papel activo que deben tener los docentes y padres en la educación emocional de los niños y jóvenes, y también a través de otros conocidos estudios como el PISA (Programme for International Student Assessment) y el PIAAC (Programa para la Evaluación Internacional de las Competencias de la Población Adulta).

Un estudio más ambicioso

Y en consonancia con las conclusiones de los referidos informes, en este año 2018 la misma OCDE, a través del CERI (Centre for Educational Research and Innovation), ha puesto en marcha el ambicioso Study on Social and Emotional Skills (SSES), que pretende ir más allá para incidir en el análisis de las habilidades sociales y emocionales entre niños de 10 a 15 años en diferentes países y culturas, donde además también se recoge información relevante sobre su formación, centros educativos del territorio, relaciones familiares e interpersonales y otros elementos claves en la educación de todo niño.

Como se expone en la gráfica más abajo, los datos que se recabarán en los niños provendrán de una evaluación de las habilidades sociales y emocionales a nivel general, las características de las destrezas en el hogar y entorno familiar, el desarrollo de las mismas en el entorno escolar, las características socioeducativas de los alumnos, atendiendo en especial al contexto familiar, y los logros obtenidos tanto desde el punto de vista de la salud y el bienestar subjetivo.

Los expertos de la OCDE recomiendan un papel activo en el desarrollo de las habilidades sociales de los niños por parte de los profesores, padres y tutores, en aras de mejorar su motivación, autoestima, estabilidad emocional Un aprendizaje que será fundamental en su etapa de adultos, y especialmente a la hora de introducirse en el mercado laboral. De este modo, en el estudio se tienen en cuenta elementos para el desarrollo social y emocional tanto en el aula como en el contexto de la familia.

Explorando la Personalidad

Para el Study on Social and Emotional Skills, una de las principales herramientas para medir el carácter-personalidad es el conocido como modelo de las ‘Cinco Grandes Destrezas’, que mide como experiencia, responsabilidad, extraversión, regulación emocional, otras habilidades complementarias como la empatía, la cooperación, la curiosidad, la resistencia al estrés, la tolerancia o la confianza.

Aunque el Big Five es el marco general que utilizará el estudio, sólo es una de las herramientas para contrastar las habilidades. Se trata de cinco dominios-factores (gráfica principal), de los que derivan 19 habilidades sociales y emocionales específicas, además de incluir destrezas de varias habilidades.

Así, las cinco categorías generales son la apertura mental –apertura a experiencias u open-mindedness, que incluye la tolerancia, curiosidad o creatividad–, la diligencia o responsabilidad –task performance, de la que derivan destrezas como el compromiso, la persistencia, el autocontrol o la motivación–, la regulación o control emocional –resistencia al estrés, optimismo, regulación emocional–, la cooperación –empatía, confianza, trabajo en equipo– y la simpatíacolaboración (sociabilidad, asertividad, energía).

La esencia de nuestro programa

Desde el Instituto Psicobiológico no podemos más que congratulamos de que las organizaciones más importantes del mundo se esté abogando por esta nueva visión de la Educación, poniendo el foco en el desarrollo emocional de los alumnos.

Es aquí donde cobran una gran importancia estudios rigurosos, multidisciplinares y transversales como el que ofrece el Máster en Inteligencia emocional, Psicología positiva, Neurociencia, Ciencias de la Felicidad, el Bienestar y la Salud, que cuenta con un equipo de catedráticos y docentes de primer orden, entre ellos algunos de los autores referentes en el ámbito de la Educación emocional, Neuroeducación e Inteligencia emocional como Antonio Damasio, Francisco Mora, Rafael Bisquerra, Pablo Martín-Berrocal o Manuel Martín-Loeches.

Doble acreditación de los estudios

La formación que ofrece el Instituto Psicobiológico cuenta con la certificación de la Universidad Isabel I y de la Fundación CertiUni referente en el ámbito de la certificación de competencias profesionales más demandadas en el Espacio Europeo de Educación Superior.

En la actualidad el sistema de certificación CertiUni atiende a la demanda no sólo de las universidades españolas –la plataforma ha alcanzado un acuerdo con más de 80 centros universitarios españoles e iberoamericanos–, sino también en instituciones públicas y privadas, empresas de todo el ámbito nacional y centros de enseñanza primaria y secundaria y se encuentra en pleno proceso de expansión internacional, contando con sedes en Asia y Latinoamérica.


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