La falta de inteligencia emocional nos complica la vida

La inteligencia emocional, su influencia y cómo nos afecta

¿Cómo influye en la toma de decisiones, en el desarrollo como personas y en las relaciones positivas? Diferentes autores (entre ellos, Goleman, Extremera y Fernández-Berrocal) y estudios demuestran que ser inteligentes a nivel cognitivo no garantiza el éxito personal, académico y profesional.

Se puede ser muy inteligente a nivel cognitivo pero no saber vivir inteligentemente, ni establecer adecuadas relaciones. ¿Qué ocurre si carecemos de  inteligencia emocional (IE)? Como señala el neurocientífico Cooper, “si carecemos de inteligencia emocional, siempre que el estrés aumente, el cerebro humano conectará el piloto automático y seguirá su tendencia innata, que es hacer más de lo mismo, sólo que más fuerte. Y esto, en la mayoría de los casos, es justo lo que no se debe hacer en el mundo actual”.
Siguiendo esta línea, nos planteamos entonces ¿Por qué es importante el desarrollo de las habilidades en Inteligencia emocional? Existen investigaciones recientes que señalan la importancia de las emociones a la hora de tomar decisiones.
En este sentido, Ledoux señala que “la emoción es más fuerte que la razón, porque es fácil para la primera controlar la reflexión, y en cambio es muy difícil que el pensamiento racional controle la emoción, ya que cuando sentimos ansiedad o depresión, la razón puede decir basta, pero casi nunca consigue eliminarlas”; no obstante, actuar con  inteligencia emocionalnos permite ser capaces de regular más fácilmente ciertos sentimientos y  emociones de valencia negativa, ya que a nivel neurobiológico se estaría reforzando el circuito neural que va del –córtex a la amígdala-, de esta manera al optimizar la conectividad de este circuito se promueve mayor capacidad de modulación y regulación emocional.
De hecho, se está comprendiendo cada vez más como toda nuestra vida se haya gobernada por nuestros más profundos sentimientos. Así entramos en la hipótesis de los marcadores somáticos de Damasio, el cual argumenta que a nivel neurobiológico existe una colaboración entre las modernas estructuras prefrontales y los sistemas más primitivos de la amígdala y otras zonas límbicas relacionadas con ella. De hecho, señala que los procesos racionales, por si solos no se encargan de resolver la mayor parte de decisiones que tomamos en nuestra vida. Damasio afirma que dichos procesos racionales son asistidos también por las emociones. La hipótesis de los marcadores somáticos es que cuando tenemos que tomar una decisión, pensamos en las distintas variables (por ejemplo, si tenemos dinero, tiempo, etc.) esto evocaría un esbozo de una reacción emocional que dicha situación nos provocaría, de manera que podemos sentir ciertas sensaciones viscerales en el cuerpo propias de la emoción, agradables o desagradables y conscientes o no conscientes. Este marcaje permite al cerebro descartar con gran rapidez las posibilidades de actuación, y así hacerlo mucho más rápido que si solo actuase la razón. De hecho, cuando nos damos cuenta de haber tomado una determinada decisión, el cerebro ya ha iniciado el proceso de decidir  unos segundos antes de tomar la decisión basándose en las reacciones viscerales que habían evocado esa situación imaginada. En realidad, la decisión se toma con todo el cerebro, esto quiere decir que hay una gran parte inconsciente y una parte limitada de la consciencia; de manera que no somos conscientes de ciertas fuerzas que hacen que nos lleven a ciertas tendencias, que incluso no quisiéramos tener (por ej. queremos hacer dieta y hay “algo” que nos hace interrumpirla etc.), ya que hay muchas decisiones tomadas por la actividad cerebral inconsciente.
Además es interesante el hecho de que cuando tomamos una decisión no se trata de algo abstracto que sucede, sino que existe una relación estrecha con la historia personal de cada uno. Esto puede hacer que ciertos estados emocionales cuando nos perturban y alcanzan cierta intensidad, pueden distorsionar nuestra percepción de la realidad y modificar nuestro comportamiento. El problema es que si no somos conscientes de ello tenderemos a malinterpretar tanto nuestro comportamiento como el de los demás.
Damasio,  señala que es imposible desarrollar un razonamiento y un comportamiento correcto si no se cuenta con un adecuado control emocional. 
La premio Nobel Rita Levi-Montalcini decía que  Hitler y Mussolini supieron hablar a las masas, en las cuales siempre predominaba el cerebro emocional (más primitivo) sobre el neocortical (razón). ¡Manejaron emociones,   no razones! . Y llega a decir que las opciones de mejora moral pasan por las circunvoluciones neocorticales, es decir por un mejor manejo de nuestras emociones a través de nuestras funciones ejecutivas.
En esta línea,  expertos docentes en diferentes ámbitos científicos y colaboradores con el Instituto Psicobiológico señalan la importancia del encuentro de las emociones y la cognición a través de la IE:
El catedrático Pablo Fernández Berrocal, director y fundador del Laboratorio de Emociones de la Universidad de Málaga, señala junto con sus colaboradores  que ser inteligente emocionalmente significa ser capaz de utilizar nuestros estados emocionales como guía para diseñar un comportamiento constructivo tanto con respecto a nosotros como con los demás. Entendiendo por constructivo el comportamiento que nos permite desarrollarnos como personas y establecer relaciones positivas con los demás. En el otro extremo, la falta de inteligencia emocional nos llevará a complicarnos la vida y a complicarse a los demás. A medida que las sociedades se desarrollan, la inteligencia emocional resulta más importante que otro tipo de capacidades psicológicas.
El catedrático Rafael Bizquerra, , catedrático de Orientación Psicopedagógica de la Universidad de Barcelona señala “que muchos de los problemas que afectan a la sociedad actual drogas, violencia, etc.) tienen un fondo emocional. Se requieren cambios en la respuesta emociona que damos a los acontecimientos para prevenir ciertos comportamientos de riesgo. Una respuesta a esta problemática puede ser la educación emocional.”
El Dr. Martin-Loeches, coordinador del Área de Neurociencia Cognitiva del Centro Mixto UC,  señala que para ser inteligente emocionalmente es necesario una reconciliación y un encuentro entre la emoción y la cognición. Nuestra percepción, nuestra memoria, nuestras decisiones, e incluso nuestro lenguaje, entre otros muchos procesos mentales, se ven enormemente afectados por las emociones. Es importante conocer más a fondo el cerebro y las emociones, para qué sirven las emociones para la cognición, cual son las influencias de las emociones en la cognición y de la cognición en las emociones, y qué otras posibles relaciones existen, de esta manera descubriremos una perspectiva diferente e importante para una mayor comprensión de cómo funciona nuestra inteligencia emocional.
El Dr. Moretti investigador del Centro de Tecnología Biomédica, señala como los continuos avances en el ámbito de la neurociencia nos están permitiendo, cada vez más, comprender con mayor exactitud cómo se relaciona la emoción con la función cerebral, cómo la emoción afecta a la función cognitiva y la importancia que la emoción posee para la supervivencia del individuo en ambientes sociales. Estos nuevos conocimientos nos han permitido avanzar en la comprensión de la conducta humana, especialmente cuando se comprueba que los circuitos neuronales de la emoción y de la cognición interactúan a partir de la percepción inicial de los estímulos para producir el razonamiento y tomar decisiones.
Todo lo anteriormente señalado es para que podamos reflexionar acerca de la importancia que tiene el desarrollo de las habilidades que nos proporciona la inteligencia emocional para un mejor desarrollo personal, académico, laboral y relacional. Conocer en profundidad la inteligencia emocional y con toda la rigurosidad que nos proporcionan los diferentes expertos en neurociencia, psicología, psicopedagogía…, que participan en nuestro Máster,  es un aporte extraordinario no solo para las personas que deseen profundizar en el desarrollo de la IE, sino también para múltiples profesionales, entre otros psicólogos, coach, sanitarios, docentes, educadores y trabajadores sociales, relaciones públicas, ..
Dra. Mercedes G.
Directora Instituto Psicobiológico

2 comentarios en “La falta de inteligencia emocional nos complica la vida”

  1. Pingback: Inteligencia Emocional: gran alianza terapéutica | | Instituto Psicobiológico

  2. Carmen Perles Velázquez

    He convivido toda la vida con alguien que carece de inteligencia emocional y ha sido durísimo.. Cada vez ha ido a peor.
    Terminas siendo una víctima con un daño brutal y una difícil recuperación.
    No la trabaje adecuadamente por desconocimiento.
    Hoy lo entiendo mejor pero esa persona difícilmente va a cambiar. En este caso más grave aún, pues se trata de personas gemelas que han ido dejando un rastro de daños inequívocos.

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