Personalidad, actitudes y emociones, factores determinantes en la comunicación psiconeuroinmunoendocrina

El programa de las jornadas formativas del Máster  en Inteligencia Emocional, Psicología, Neurociencia, Salud abordó diferentes aspectos de carácter biológico –relacionados por supuesto con la Inteligencia emocional– con las ponencias de la catedrática de Fisiología Mónica de la Fuente y de la Dra. Mercedes García . En sus respectivas intervenciones, se habló de ‘Personalidad, estrés y salud’ por parte de la Dra. García, prosiguiendo con las conclusiones de sus reveladoras investigaciones, y de ‘Psiconeuroinmunoendocrinología’, con la Dra. De la Fuente.

La catedrática de Fisiología (UCM) y directora del Laboratorio de Inmunología y Gerontología Experimental, Mónica de la Fuente, fue la encargada de abrir la Jornada Formativa con su ponencia sobre la Psiconeuroinmunoendocrinología, ciencia que estudia la comunicación la íntima comunicación entre los sistemas nervioso-neuronal, endocrino e inmunológico. La Dra. De La Fuente señaló que la PNIE es la “ciencia de la salud”, la cual gira en torno al equilibrio orgánico que proporciona la homeostasis.

De todos esos sistemas, sin duda alguna el principal marcador de salud es el inmunitario, más asequible de estudiar a la hora de analizar los linfocitos, fagocitos, NK y demás células que lo integran, incluidos los anticuerpos y citoquinas que se despliegan para hacer frente a antígenos.

La PNIE ha demostrado con diversos experimentos la comunicación –y afectación– que existe entre los tres sistemas, y resulta especialmente relevante la interacción entre los sistemas inmunitario y nervioso. Un sistema inmunitario que puede ser considerado como un sexto sentido. Como ejemplo, en la producción de citoquinas, que llegan al cerebro a través del sistema nervioso, éstas se comportan como si se tratara de una respuesta inmunitaria, cambian la neuroquímica –las hormonas que produce el cerebro–, y modifican el comportamiento –lo que ocurre con el sickness behavior, o comportamiento de enfermo, muy característico–. A su vez, el cerebro, tras recibir esa información a través de las citoquinas, sus neurotransmisores y hormonas van a las células inmunitarias y también las modifica.

Emociones y personalidad

Refiriéndose a la investigación empírica de la Dra. Mercedes García, la catedrática De la Fuente se refirió al papel de la personalidad y las emociones en la respuesta inmunitaria, señalando que los individuos con mayores niveles de rasgos de afectividad negativa “responden a circunstancias de estrés con depresión y ansiedad, así como tienen peor respuesta inmunitaria” (Watson & Clark, 1984). Al contrario, los individuos con factores altos de extraversión dan mejores respuestas psiconeuroinmunoendocrinas. Por ello, ha subrayado la importancia de estudiar las emociones ya que “nos puede ayudar a mantener la salud, mejorando el sistema inmunitario, muy beneficiado por las emociones positivas y la felicidad”. En otras palabras: “Las personas que disfrutan de la vida viven más y envejecen mejor”.

Otros trabajos demuestran que la risa “es un liberador de tensiones o desestresante que puede modular los componentes de la respuesta neuroinmune al estrés en dirección contraria a la producida por los estresantes clásicos”.

Por otro lado, la Dra. Mónica de la Fuente dedicó un apartado a explicar el proceso del envejecimiento, entendido como la “disminución progresiva y generalizada de la función del organismo, un estado de menor adaptación a los cambios y con una dismunuida capacidad para restaurar la homeostasis”.

Y no, no se puede frenar el envejecimiento, aunque sí ralentizarlo, ya que existe una influencia del 25% genética, pero el 75% restante se debe al ambiente. Y sí, las emociones y el carácter tienen también una gran influencia, y será beneficioso “todo lo que disminuya o neutralice el estrés, la ansiedad, depresión, evitar la soledad y situaciones que deterioran el sistema inmunitario”.

Homeostasis, cerebro emocional y respuesta fisiológica

Por su parte, la Dra. Mercedes García, directora del Instituto Psicobiológico, muy en la línea de las investigaciones en la Psiconeuroinmunoendocrinología, ha ahondado en los procesos encargados de regular la homeostasis –o equilibrio entre los sistemas inmunitario, nervioso y endocrino–, y en su investigación empírica pionera sobre cómo la personalidad tiene una afectación decisiva en la salud.

La Dra. Mercedes García se centró en la influencia del estrés, y su relación con el llamado ‘Cerebro Emocional’ (LeDoux, 1995), en el sentido de que el estrés tiene una estrecha relación con las estructuras internas del cerebro, en especial con el sistema límbico y la amígdala, la región emocional por excelencia. En este sentido, como incidió la doctora, el estrés puede influir en la respuesta fisiológica (ejes simpático-adreno-medular e hipotálamo-pituitaria-adrenal) y emocional, manifestándose en forma de ansiedad, depresión, cólera, temor, y también influyendo en la respuesta comportamental del individuo y su estilo de vida.

Por esta razón, la Dra. Mercedes García subraya que la Inteligencia emocional “juega un papel muy importante en el autocontrol emocional y en la capacidad adaptativa del individuo para afrontar situaciones estresantes y en su vertiente vinculada al bienestar, la calidad de vida y satisfacción vital, profundizando en los factores modulares que influyen en la felicidad».

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