El Instituto Psicobiológico celebró en diciembre una intensa jornada formativa, la tercera del Máster en Inteligencia emocional, Psicología positiva, Neurociencia, Ciencias de la Felicidad, el Bienestar y la Salud, y ‘Coaching’, de la que nuestros estudiantes sacaron mucho provecho mediante una participación dinámica en las sesiones docentes, aportando un feedback enriquecedor.
Un fin de semana en el que se ahondó en la comprensión de las emociones, en el paradigma de la Educación emocional y de la ‘Ley de Gravitación Emocional’, y en el que los alumnos comprobaron, una vez más, la verdadera esencia multidisciplinar y transversal del Máster en Inteligencia emocional, abordando la resolución de conflictos desde el punto de vista intrapersonal, interpersonal y de la Mediación.
Para los docentes y los padres
Dos intensas jornadas protagonizó por un lado Rafael Bisquerra, catedrático de Orientación Psicopedagógica de la Universidad de Barcelona y Doctor en Ciencias de la Educación, y referente a nivel nacional e internacional en Educación emocional.
Precisamente, y aprovechando la presencia de varios profesionales dedicados a la docencia y/o enseñanza entre el alumnado, el Dr. Bisquerra –quien participa por tercer año en el Máster en Inteligencia emocional del Instituto Psicobiológico– explicó los fundamentos que conforman los cimientos de la Educación emocional.
Una Educación emocional que es tan importante y básica para las nuevas generaciones y que debe comprometer a todo el espectro educativo, empezando por los docentes y los padres y madres. El catedrático menciona ejemplos como el estrés, ansiedad, burnout… problemas cuyo número en el profesorado es de los más elevados entre los sectores profesionales. “Y es evitable, se puede prevenir mediante el desarrollo de competencias emocionales”, recuerda el Dr. Bisquerra, que al mismo tiempo lamenta: “No estamos sensibilizados ni formados, ni lo ponemos en práctica”.
Por parte del alumnado, se observan otros problemas derivados de sus pobres habilidades emocionales, que traen como consecuencia situaciones de impulsividad, desapego, ansiedad y, en los peores casos, depresión, violencia o consumo de drogas.
Ante este escenario, Rafael Bisquerra sostiene que “debemos tener argumentos para sensibilizar al profesorado a las familias, al alumnado a la sociedad y a la política”, y se muestra tajante respecto a las prioridades educativas del mundo actual: “Los grandes problemas que nos vamos a encontrar en el siglo XXI tienen más que ver con problemas de ansiedad, estrés, depresión, intolerancia a la frustración, violencia o consumo de drogas, que no por problemas aritméticos o matemáticos”. Tanto en España como en el resto del mundo se necesita, afirma el catedrático, “una verdadera sensibilización y formación, especialmente por parte del profesorado”.
El Dr. Bisquerra propone, desde el rigor científico, un modelo de competencias emocionales que comprenden a su vez cinco grandes bloques: conciencia emocional, regulación emocional, autonomía emocional, competencia social y habilidades de vida y bienestar.
“La Gravitación Emocional”
El concepto de Ley de Gravitación Emocional lo toma prestado el Dr. Rafael Bisquerra de la famosa teoría de Isaac Newton, y explicó así a los alumnos del Máster su concepto del Universo de las Emociones (de su obra homónima), donde aparecen tres emociones principales –por su masa, siguiendo el precepto físico– como son la ira, el miedo y la tristeza, que tienen a su vez galaxias de emociones interconectadas gravitacionalmente. Ésas son las tres emociones básicas, pero aparece en cuarto lugar la alegría y todos sus matices (placer, alivio, gratificación, éxtasis, euforia, humor, diversión, entusiasmo…)
En su teoría de la felicidad-bienestar, explicó el concepto de la Flor de Benicia, donde aparecen diferentes tipos de bienestar, a saber: el material, el físico, el social, el profesional y el emocional. De todos ellos, “el bienestar emocional es el que más se acerca a la felicidad”. Y Rafael Bisquerra lanzó una pregunta para los alumnos: “¿Es el bienestar emocional el que condiciona el resto, o al revés?
EL CONFLICTO NO SIEMPRE ES NEGATIVO
Fue Leticia García, doctora en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, quien abrió la tercera Jornada Formativa con su seminario ‘Mediación: nuevas herramientas para la resolución de conflictos en el entorno laboral’.
Fue una intervención reveladora para los estudiantes, quienes pudieron contrastar la poderosa interconexión que existe entre el Derecho y las emociones. La Dra. García Villaluenga, como experta en mediación, mostró su firme apuesta por la mediación para resolver los conflictos.
“La mediación es dar protagonismo y voz a las personas, para que se empoderen y sean ellas quienes resuelven los conflictos”, señala la doctora, que alude asimismo a la “enorme multidimensionalidad” de los conflictos, por lo que necesitan un “abordaje integral e interdisciplinar”, motivo por el cual la Dra. García Villaluenga alabó la naturaleza del Máster en Inteligencia emocional y multidisciplinar.
“La visión del conflicto siempre es negativa. Es así porque duele, hace daño. Pero también es cierto que depende de cómo abordemos el conflicto vamos a poderlo llevar a un lado u otro, o al menos aprender”.
A través de dinámicas de sesiones prácticas, la Dra. Leticia García abordó con los alumnos diferentes situaciones de conflictos y posibilidades de mediación, negociación y resolución, mostrando el valor esencial de analizar a las personas, sus relaciones, los diferentes contextos, así como el poder de la Inteligencia emocional para llegar a una solución. “Si la respuesta al conflicto es la adecuada, puede no ser un proceso negativo, sino que, al contrario, generará cambios personales y sociales positivos”, insiste la doctora.
“ES MÁGICO MEZCLAR EMOCIONES Y CONOCIMIENTO, SE ME HA GRABADO A FUEGO”
Una vez más, nuestros alumnos se han mostrado muy participativos durante toda la jornada formativa, y nos quedamos con sus reflexiones sobre el fin de semana vivido con el catedrático Rafael Bisquerra y la Dra. Leticia García.
Entre otras cosas, nuestros estudiantes han destacado el “proceso movilizador” que les está generando el Máster en Inteligencia emocional, integrando conocimientos esenciales para la toma de conciencia sobre las emociones, el bienestar y la felicidad, las relaciones humanas, cómo se solucionan los conflictos a nivel personal y social, o el poder de la mediación para resolverlos.
“Me llevo de este fin de semana la sensación mágica de mezclar emoción y conocimiento; se me ha grabado a fuego”, señalaba otra alumna.
“Gratitud” fue la palabra más repetida por los alumnos para valorar las intervenciones de Rafael Bisquerra y Leticia García, artífices de la “transformación humana” que propician los nuevos conocimientos.
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