10 claves para aprender a emprender

Hay personas que se forman por el placer de conocer; hay otras que, además, quieren aplicar esos conocimientos, no desde el lado teórico, sino para comenzar a aplicarlo en sus vidas y en su entorno; y hay quienes, además, quieren capitalizar su inversión. A este último grupo es al que, principalmente, se dirige este artículo. Antes de hacer nada, hay que pensar, reflexionar, pero no se trata de hacer un plan de negocio; yo diría que esto es lo último.
Naturalmente, partimos de ciertas habilidades personales (constancia, foco, flexibilidad, ejecución, gestión, pasión), pero también, y de igual modo importante, tenemos que aprender o replantearnos cómo diseñar productos, preparar propuestas, presentarlas, aportar valor diferenciador y ejecutarlas en tiempo y forma. Veamos brevemente en qué consiste cada una de estas tareas.
1º.- Autoconocimiento profesional
Debemos comenzar por saber qué tipo de persona somos, dentro del ámbito profesional. ¿Somos constantes? ¿Somos generosos? ¿Somos seguros? ¿Somos coherentes?… Muchos pensaréis que  los servicios de coaching son intangibles, y en parte es así; sin embargo, hacer tangible este proceso de aprendizaje os aproximará al éxito.
2º.- Diseño de productos
Estamos acostumbrados a «paquetizar» todo, a que el envoltorio sea atractivo y el contenido cumpla con creces nuestras expectativas. En el ámbito del coaching sucede algo similar: preparar un producto y hacerlo atractivo, puede constituir el valor diferencial entre la propuesta de otros candidatos y la tuya; también te ayuda a posicionarlo en el pódium de la calidad más alta, o no, tú elijes.
3º.- Preparación de propuestas
Si envías propuestas a clientes, sin haberlos escuchado, es como ofrecer paella a alguien de quien no sabes si le gusta el arroz o si necesita comer. Hay que saber a quién te diriges, cuándo, qué y cómo.
4º.- Buena presentación
No sólo tu producto habla de ti, sino tu presencia, tu forma de expresarte; «tu palabra es tu imagen» , por eso es tan importante ensayar antes de visitar a un cliente. Así, podremos perfilar las lagunas que se nos pueden presentar e incluso anticipar ciertas preguntas que pueden hacernos. Piensa en Mario Alonso Puig, su manera de presentar-hablar, está en total coherencia con su discurso;  el ensayo forma parte de su día a día.
5º.- Aportar valor diferenciador
¿Por qué te van a elegir a ti?, ¿qué aportas al cliente que sea diferente de lo que los otros le han presentado? Insisto, lo mejor es tener un buen producto y saber, ante todo, que uno mismo también forma parte del producto.
6º.- Ejecución milimétrica
Debe ser impecable y debe haber detallado con el cliente los hitos en el camino. Tenemos que saber cómo estaban antes y medir cuál ha sido el resultado-beneficio de nuestra intervención.
7º.- Registro documental
Todo lo que se vaya a realizar durante la misma debe quedar reflejado en un documento. Sin este documento, el cliente puede percibir, no sólo una baja profesionalidad, sino las posibles improvisaciones que se pueden dar por ambas partes (cuidado, esto no significa que se puedan revisar proyectos, sino que deben ser conocidas por ambas partes). Como apunta Philip Kotler, «la mejor publicidad es la que hacen los clientes satisfechos».
Los servicios de coaching están vinculados a la consultoría y a la formación. Tener claro en qué campo nos movemos y cómo queremos que sea nuestro trabajo, nos facilitará la tarea, frente a nosotros y frente al cliente. 
8º.- Planificación de los tiempos
Tener en cuenta los tiempos conforma, sin duda, el compendio de beneficios que aporta una buena planificación. Tiempos que incluyen, naturalmente, preparación de los proyectos, presentaciones, ajustes, ejecución y resultados. Elaborar un diseño con la secuencia, nos ayuda a saber dónde estamos en cada momento.
9º.- Autoconocimiento personal
Podemos contar con un excelente diseño, con la mejor planificación y, sin embargo, no conocernos. Saber qué cualidades tenemos y cuáles sobresalen, nos ayudará enormemente en este importante proyecto. La introversión, la intuición, la racionalidad o la emoción pueden definir nuestra naturaleza. Ten en cuenta que de tu carácter y de tu perseverancia va a depender, en gran parte, el futuro de tu negocio. Cualquiera, a poco que se esfuerce, puede tener madera de emprendedor. Sin embargo, reflexiona: ¿Realmente te sientes capaz de hacer crecer y consolidar tu idea en el tiempo? Esto no se responde con un ‘sí’ o con un ‘no’, y de ninguna de las maneras tiene cabida un ‘depende’.
10.- Pasión y actitud
Efectivamente, conseguir que un proyecto, o una empresa salgan adelante, tiene que ver con tu empeño. La actitud significa el 60 %  de la productividad y la competitividad del proyecto. Un pequeño resbalón, que, a veces, tiene que ver con una actitud inadecuada, puede dar al traste con el mejor proyecto.  La «pasión» que transmites, la convicción con la que «hablas de tu libro» donde quiera que vas es tu mejor distintivo.
Conclusión
Recuerda que la mejor marca, sea la que sea que tengas o representes, eres tú mismo. Si, como Ejecutor, tienes claros tus objetivos y los persigues a toda costa. Si, como Gestor, sabes diferenciar entre tareas y procesos porque, inicialmente, deberás ocuparte, no sólo de presentar los proyectos, sino también de diseñarlos. Y mantienes el Foco, es decir, sabes dónde quieres ir y cómo, mostrando una Flexibilidad que te va a aportar frescura y cercanía, estás en el buen camino. Saber evolucionar es clave para la supervivencia.
Si quieres dedicarte a esta actividad, pensar como la gran empresa  te dará pautas para una estrategia clara y constante. Aprender de los grandes, incorporando cualidades de los pequeños, te facilitará recursos que podrás poner al servicio de tus conocimientos.
¡¡Feliz proyecto!!
 

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