Los beneficios de la psicología positiva
Todos recordamos el estribillo de aquella canción: “Tres cosas hay en la vida, salud, dinero y amor, y el que tenga esas tres cosas.. que las cuide, que las cuide”, durante mucho tiempo hemos pensado que eso era cierto, pero actualmente parece que no es así o al menos habría que matizar muchos aspectos.
María Dolores Avia, catedrática de Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, señala que la felicidad no está en relación directa con la salud física, sino con la salud mental. De hecho, esta autora ha expresado que aproximadamente un 10% de la infelicidad humana depende de circunstancias externas. De manera que esto hace reflexionar acerca de la importancia que puede adquirir en nuestra felicidad, calidad de vida, bienestar.. determinados rasgos de personalidad, actitudes, estilos de vida y formas de vincularnos emocionalmente en nuestras interacciones más cercanas.
Datos publicados por investigadores alemanes que valoraron la percepción de la calidad de vida, fueron muy sorprendentes: el grupo de los pacientes hipocondriacos, medicamente sanos, fueron los de peor calidad de vida, antes y después de tratamientos (Kroyman, Hilleer, Rief y Fichter, 1997).
Así por ejemplo, actualmente hay estudios científicos que señalan importantes relaciones entre personalidad, bienestar y salud. Existen personas críticas con el entorno, y en las relaciones con los demás son problemáticas y difíciles, son personas con tendencia al neuroticismo. La hostilidad neurótica es una faceta del factor neuroticismo y es la tendencia a experimentar ira y estados relacionados con ella, como la frustración o el rencor. Sapolsky (2008), cuestiona que la hostilidad en sí misma, sea tan perjudicial para nuestro corazón, como indican otros autores. Señala la posibilidad de que en estos individuos hostiles exista una mayor tendencia a fumar, comer mal o beber en exceso y carecer de apoyo social, ya que tienden ahuyentar a todo aquel que se relacione con él.
En esta línea, existen investigaciones que apoyan la consistencia de la relación existente entre la hostilidad antagonista(personas con baja confianza hacia los demás y baja actitud conciliadora, es decir, están caracterizadas por cinismo, insolencia y arrogancia) y la salud. Los resultados de estas investigaciones permiten predecir enfermedades del corazón. La hostilidad neurótica puede ser psicológicamente perturbadora, pero no hay evidencia de que se relacione con un proceso de enfermedad fisiológica.
De manera que la hostilidad antagonista entraría claramente en el campo de acción de las relaciones interpersonales. Aquí es interesante resaltar como la faceta de la confianza y la actitud conciliadora forman parte del Factor global de la Amabilidad, factor que indica el nivel de cómo nos relacionamos con los demás; de manera que toma más fuerza, la idea que relaciona salud física y relaciones, en el caso de la hostilidad antagonista, con falta de confianza y dificultad para conciliar con los demás. De hecho, las relaciones sociales que son propensas a conflictos o decepciones recurrentes pueden contribuir a la desregulación de sistemas fisiológicos como el neuroendocrino, el inmunológico y el cardiovascular (Seemann y McEwen, 1996).
Santa Teresa señala como llaves maestras de espiritualidad a la humildad, la generosidad y la fraternidad, si hacemos un paralelismo con estudios científicos que relacionan estos aspectos con constructos de apoyo social e integración socialpodemos observar ciertas semejanzas para la consecución verdadera de la felicidad:
- Humildad, sencillez, característica opuesta a la soberbia, arrogancia, insolencia, anteriormente exponíamos aspectos de la hostilidad antagónica y salud.
- Generosidad, en este sentido, existen estudios relacionados con el altruismo que señalan su relación con el bienestar y salud, siempre y cuando uno se ocupe sin que resulte ser un factor de estrés. Estudios empíricos dan cuenta de que la generosidad y los actos de servicio desinteresados disminuyen los síntomas de depresión, angustia y tristeza. Sonia Lyubomirsky, doctora por la Universidad de Harvard e investigadora sobre la felicidad, considera que uno de los factores determinantes para ser feliz es la práctica del altruismo y la práctica cotidiana de la bondad desde los más sencillos actos.
- Fraternidad, podríamos relacionarla con la faceta de la personalidad que estudia la sensibilidad hacia los demás, lacompasión, que también forma parte del factor de amabilidad. “Compartir con pasión”, “escuchar con amor”. “auténtica empatía”.
Maria Dolores Avia, señala algunos aspectos interesantes en este sentido:
- La existencia de un acuerdo en el campo de estudios de las diferentes emociones humanas que permite distinguir entre dos formas generales de emociones, las positivas, cuya experiencia es placentera, contribuyen a la realización de las propias metas, o producen bienestar, y las negativas, basadas en el núcleo subjetivo de malestar o dolor y que normalmente interfieren con el logro de metas. Este es el caso del amor, el humor o el estado de sentirse fluir o de experiencia óptima (flow) en el que uno aparece trasportado por la experiencia.
- Un estudio longitudinal de una muestra de 3000 americanos encontró que dedicar al menos 14 horas a la semana al cuidado de la pareja no sólo no perjudicaba la salud del cuidador, sino que estaba asociado a una menor mortalidad (Brown y cols, 2009).
- El profesor James Pennebaker está realizando una serie de estudios que muestran que en la vida personal tiene un efecto muy beneficioso el hecho de revelar a otros, experiencias traumáticas que haya tenido o en su caso, escribirlas. La idea que le guía es que el esfuerzo que hay que hacer para reprimir aspectos que a uno le inquietan es un factor de estrés añadido. Además en diferentes estudios también se puedo observar como el abuso de palabras alusivas a emociones negativas eran mayor en personas con más enfermedades. Por el contrario, se observaron mayores beneficios cuando se hacían referencias a emociones positivas (Pennebaker, Mayne y Francis, 1997).
Edith Stein, fue una filósofa, mística y religiosa carmelita. Mostró una autentica lección de empatía y generosidad. De hecho, unos días antes de su deportación al campo de exterminio, respondió a quienes
se ofrecían para salvarle la vida: “¡No hagáis nada! ¿Por qué debería ser excluida? No es justo que me beneficie de mi bautismo. Si no puedo compartir el destino de mis hermanos y hermanas, mi vida, en cierto sentido, queda destruida”.
Hay muchos datos que indican que la gente que goza de salud no es más feliz que la que no la tienen. El éxito social y económico no garantiza ninguna inmunidad para desarrollar problemas psicológicos. Es la motivación, la actividad dirigida a algo, su búsqueda y no el logro o la satisfacción de los deseos, lo que produce en las personas sentimientos positivos más profundos.
Para concluir una visión positiva, un buen estado de ánimo influye muy especialmente de las siguientes formas:
- Somos menos críticos con nosotros y con los demás.
- Menos rígidos, más flexibles en nuestra forma de pensar.
- Con emociones positivas es más fácil ser creativo, dar respuestas imaginativas y novedosas.
- Con buen ánimo se tienen menos dudas y se tarde menos en decidirse sobre asuntos que a uno le conciernen.
- Mejor estado de salud, tanto en respuestas del sistema inmune como longevidad (García, 2016).
- Más tendencia ayudar, a ser altruismo, solidario, compasivo y generoso y mejor tolerancia al dolor físico.
- Más modestos, humildes y sencillos para búsqueda de la auténtica verdad. Ante las equivocaciones podré pedir perdón si es necesario.
- Nos permite discernir que estamos aquí no para ser reconocidos sino dar lo mejor de nosotros a los demás.
- Nos permite ser más agradecidos con la vida, aumentando la paz interior.
- Nos enojamos menos ante las adversidades.
- Confiamos más en los demás y nuestra actitud es más conciliadora con el otro.
Desde una perspectiva multidisciplinar, abordaremos en nuestra formación el estudio de las emociones positivas desde el enfoque de la psicología positiva y su relación interdisciplinar con la inteligencia emocional y otros ámbitos científicos; será una herramienta sumamente eficaz para optimizar nuestro umbral de autoconciencia, de manera que nos permita modular y regular nuestro desarrollo personal, relaciones, felicidad y salud.
Dra. Mercedes García
Directora Instituto Psicobiológico