Todo proceso de coaching (ya sea personal o profesional) tiene como objetivo principal obtener conciencia de uno mismo, de las destrezas y recursos de los que disponemos, con una finalidad: poder asumir la responsabilidad personal que conlleva comenzar un proceso de cambio hacia una o varias metas. El coaching reconduce al individuo para alcanzar esas metas a través de un proceso que comienza con la interiorización de sus propias capacidades y potencialidades, un procedimiento en el que el coach también ayuda al coachee a eliminar o disminuir (en la mayor medida posible) las interferencias que puedan obstaculizar el camino hacia la intención última.
Cuando un individuo se plantea retomar las riendas de su vida, cuando se propone dirigir su vida hacia un cambio profesional o personal, emprende una labor que acarrea como consecuencia la necesidad de gestionar de forma autónoma los problemas que pueden ir surgiendo en esa trayectoria que le va a reconducir a su propia meta. Estos problemas, en no pocas ocasiones, serán de difícil gestión en tanto en cuanto integran la implicación de otros individuos, personas a las que nos unen poderosos vínculos emocionales, por ejemplo.
Es aquí donde comienza la importancia de la formación en coaching, en la que interviene de modo igualmente importante el bagaje formativo del profesional en mediación. Tal y como apunta la Dra. Leticia García Villaluenga, «cualquier conflicto es una situación multidimensional consustancial a la naturaleza humana presente en todas las manifestaciones de nuestra vida, y como tal, hay que estudiarlo desde una perspectiva multidisciplinaria». En las situaciones habituales de convivencia, o en las relaciones humanas en general, tanto personales como profesionales, en las que los valores, necesidades, deseos, expectativas o intereses de cada individuo son diferentes o al menos se perciben como tales, entra en juego el conflicto, un conflicto que Rubin y Pruit definen como «divergencia percibida de intereses, o una creencia de que las aspiraciones actuales de las partes no pueden ser alcanzadas simultáneamente». Además, como ya afirmó en 1998 Alzate Sáez de Heredia, «el conflicto nos ayuda a tener una mayor conciencia de nosotros mismos y de los demás, y a poder conseguir establecer relaciones más favorables y duraderas si se gestiona y resuelve de modo satisfactorio para ambas partes».
La mediación es un proceso de resolución de conflictos cuya función principal es la de ayudar a que el individuo adquiera responsabilidad y capacidad de negociación, se trata asimismo de incentivar la colaboración entre las partes en conflicto para que ambas sean capaces de resolverlo por sí mismas. Para poder gestionar de manera efectiva cualquier dificultad es importante que esta sea contemplada no como algo negativo, sino más bien como el comienzo hacia un cambio personal y/o social.
Dentro de la mediación, en aras de un mayor bienestar personal o profesional, es fundamental formarse en habilidades de comunicación, aspecto básico para saber prevenir conflictos o para gestionarlos de forma óptima una vez hayan surgido. El aprendizaje en mediación no solo nos permite conocer los nuevos y mejores métodos de resolución de conflictos, sino que nos aporta una visión abierta para aprender nuevas formas de abordaje y actuación como primer paso en la consecución del objetivo que nos ocupa.
Desde el Instituto Psicobiológico y dentro de nuestro programa de formación en coaching, podremos contar con un seminario en el que disfrutaremos de la presencia de la Dra. Leticia García. En este, se abordarán temas relacionados con las herramientas de la mediación para la resolución de conflictos. Por su carácter relevante, daremos de igual modo espacio propio a la percepción individual en el conflicto, a los elementos que lo componen, a la identificación del estilo de abordaje de cada individuo, así como a la negociación. Se trata de elementos clave para trabajar este método, que supone un valioso complemento a las posibilidades de negociación, cuyas opciones se multiplican de esta manera. Hemos de reiterar igualmente la competencia de esta alternativa para potenciar la responsabilidad individual en la resolución de los propios conflictos y para favorecer una mayor autonomía y madurez emocional en los afectados ante cualquier dificultad.
La mediación y el coaching son procesos diferentes y por consiguiente sus objetivos también lo son, aunque también tienen aspectos comunes: ambos métodos son facilitadores de la comunicación. Tanto el coach como el mediador priorizan esta herramienta, esencial para lograr un entendimiento entre los individuos afectados..
Sendos procedimientos comparten mecanismos para conseguir una comunicación de mayor calidad respecto a la que había en el momento del conflicto, o en una zona de bloqueo personal (propia del coaching). Algunas técnicas son: la escucha activa, las preguntas normalmente formuladas de forma abierta, el parafraseo, ejercicios de empatía como el role-playing y el feedback y, por último, e igualmente efectiva, la utilización adecuada de los silencios.
Tanto el perfil profesional de coach como de mediador suelen compartir cualidades personales como la capacidad para ser neutral, ambos son buenos comunicadores de motivación, tolerantes, con alta creatividad, pacientes y con buena capacidad de escucha. Para llevar a cabo esta labor, deben haber realizado previamente un trabajo personal en dominio de sus propias emociones así como una adecuada comunicación tanto verbal como no verbal.
El papel que debe jugar el mediador-coach es el de facilitador del proceso o conflicto, donde debe comprobar que ambas partes consiguen llegar a un acuerdo, satisfechos de su propia resolución y beneficio, ya que es de vital importancia que además se sepa detectar cuando alguna de las partes o ambas estén perdiendo para que no se ocasionen desequilibrios de igualdad.
Como advertimos, mediación y coaching se interrelacionan y complementan, fomentando y potenciando el trabajo hacia el cambio en los diferentes ámbitos, tanto personal como profesional y social.
Referencias
- Gascón, P. (2000). “La mediación”. Barcelona. Cuadernos de pedagogía núm. 287, pp. 72-76.
- Walumbwa, F., Luthans, F., Avey, J. y Oke, A. (2009). Authentically leading groups: the mediating role of positivity and trust. Journal of organizational behavior, 32, 4-24.
- Wasylyshyn, K.M. (2003). Executive coaching: an outcome study. Consulting psychology journal: practice and research, 55(2), 94-106.
- Alzate Sáez de Heredia, R.: Análisis y resolución de conflictos. Una perspectiva psicológica. Servicio Editorial Universidad del País Vasco. Bilbao, 1998, pág. 16.