Le sitúan entre las mentes más brillantes de la actualidad. Médico, investigador, docente, divulgador científico, Doctor Honoris Causa de más de una decena de universidades, catedrático de Psicología, Neurociencia y Neurología de la University of Southern California (USC), Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica (2005).
Baste este breve esbozo del extraordinario palmarés de una autoridad científica que han tenido la oportunidad de disfrutar nuestros alumnos del Máster en Inteligencia emocional, Psicología positiva, Neurociencia, Ciencias de la Felicidad, el Bienestar y la Salud, en una clase magistral exclusiva por videoconferencia desde EEUU.
El catedrático, médico neurólogo y neurocientífico portugués Antonio Damasio (Lisboa, 1944), principal novedad del equipo docente de excelencia del Instituto Psicobiológico, quiso dejar claro un mensaje para los alumnos del Máster en Inteligencia emocional: que las emociones, de algún modo, han gobernado la supervivencia y, por ende, la evolución de las especies.
Brillante exposición la del catedrático, quien siempre advierte de que no confundamos las emociones (emotions) con los sentimientos (feelings). En simples líneas, los feelings son las experiencias que tenemos de las emotions. Una vez aclarados los conceptos, el viaje que propone el Dr. Damasio es el de la evolución misma, de cómo las emociones, desde los mismísimos microorganismos primigenios, han empujado a los seres vivos a unas determinadas decisiones para garantizar su supervivencia, adaptarse mejor al medio y, en definitiva, vivir.
“La inteligencia y la forma de elegir –explicó el catedrático durante su intervención en el Máster–, de gestionar las decisiones, es algo que surge sin duda del propio organismo y que viene dictada por si las cosas son positivas para la supervivencia o no”. Dicho de otro modo, los animales o seres “organismos con la capacidad de sufrir y de disfrutar son los que nos dan a entender la historia de la humanidad”.
Con exposiciones como ésta, Antonio Damasio ha contribuido con sus diferentes obras –algunas muy conocidas en todo el mundo como El error de Descartes (1994), The strange order of things (2017) o Looking for Spinoza (2003)– a situar a las emociones en un plano de importancia igual (o superior) al de la cognición, a la considerada inteligencia clásica.
Como recordaba el catedrático, “siempre se decía decía que, a la hora de tomar decisiones, las emociones no son buenas consejeras, por lo que no debíamos dejarnos influir con ellas; en la teoría de los marcadores somáticos que he desarrolado, sin embargo, explica que para tomar buenas decisiones, en primer lugar, hay que escuchar a las señales que recibimos de las emociones”, señala el catedrático, y añade: “Son esos instintos, esas emociones que te dicen que te preocupes por algo, que tengas miedo de algo, o esos que te dicen, hazlo”.
Precisamente, son estos marcadores somáticos los que constantemente buscan la publicidad y el marketing, al objeto de atraer y seducir a los potenciales consumidores. Las emociones positivas, agradables desde la óptica hormonal-cerebral, y por lo tanto refuerzo para la acción (de consumo), son un recurso esencial en toda campaña de publicidad. Y también otras como la propia ira, la envidia o la tristeza, apelando al feeling de los consumidores.
La unidad básica
Obra de Darwin con comentarios de Paul Ekman.Si el sentimiento es esa determinada experimentación de una emoción (o emociones) concreta, esa información procesada desde un filtro subjetivo, privado, si habláramos en términos matemáticos, una unidad básica de medida sería la emoción. “Cuando se siente una emoción (emotion), cambia algo en el cuerpo, en la mente, en el cerebro, y esos cambios están relacionados con el funcionamiento del cuerpo (por ejemplo, mayor tensión arterial y ritmo cardíaco ante el miedo); también se pueden producir cambios que no son visibles, como la secreción de hormonas de determinados órganos; además, cambios en los músculos, las vísceras, los órganos endocrinos, y eso supone un gran cambio corporal en general: es un efecto coordinado”.
Un proceso muy orgánico el de la emoción, atado a la vida irremediablemente para el Dr. Damasio, quien en todo momento trasciende la emoción de la esfera humana. Así lo esbozó el mismísimo Charles Darwin en una obra quizá no tan conocida como su teoría del origen de las especies, pero igualmente trascendental para el conocimiento científico, como es La expresión de las emociones en los hombres y los animales, obra clave en la construcción científica de la Inteligencia emocional.
Es por ello que el catedrático, en su incesante estudio de la mente y del cerebro humanos, ha querido profundizar en el conocimiento de la consciencia. “La mayoría de las definiciones de la consciencia no incluyen ese elemento que siente y que vive, que tiene emociones y sentimientos”, expone el catedrático, que hace hincapié en que la consciencia “siempre existe vinculada a un determinado organismo y estado de vida; en otras palabras, si no tienes sensaciones, sentimientos, sentido de tu cuerpo, con bienestar o sin él, con dolor o sin él, no tienes ese ancla para la consciencia”.
Por supuesto, recomendamos la bibliografía del Dr. Antonio Damasio a quienes quieran aproximarse al estudio científico de la mente, la consciencia, las emociones, el desarrollo de la inteligencia, a la Neurociencia y a un sinfín de campos en los que el catedrático ha brillado y se ha ganado el respeto de toda la comunidad científica. Para el Instituto Psicobiológico, ha sido todo un honor contar con un conferenciante de este nivel, convirtiéndose en uno de los escasos centros exclusivos en España que han contado con la colaboración del catedrático portugués.