Crecer desde la experiencia, el compromiso y la confianza mutua: el Mentor-Coach

La psicóloga Concha Hidalgo protagonizó la última de las intervenciones en la quinta Jornada Formativa del Máster en Inteligencia Emocional, Psicología Positiva, Neurociencia, Coaching y estudio científico de la felicidad para ofrecer la continuación de sus ponencias sobre el ‘Desarrollo de habilidades del Coaching profesional’, en esta ocasión referida al MentorCoach.

El Mentoring y el Coaching ciertamente comparten muchas características, aunque las diferencias entre un proceso y otro son notables. En cualquier caso, “son metodologías de aprendizaje muy potentes tanto para individuos como para las organizaciones”, y además “ambas comparten la misión de estimular el desarrollo personal y profesional”. Como explicó la docente, “tienen una misma filosofía de aprendizaje y requieren avanzadas habilidades personales e interpersonales”.

La mentoría –término castellano–podría definirse como el proceso por el que una persona experimentada ayuda en el desarrollo de otra, en una relación de confianza y compromiso. Por lo tanto, el mentor es “una persona –normalmente de más edad y experiencia– que enseña y que sirve como modelo, una fuente de inspiración, un consejero y un estímulo para la superación”.

Los beneficios que puede reportar el Mentoring al tutelado son múltiples, tales como mejorar su desempeño y productividad, desarrollo de competencias, mayor confianza y seguridad, tener una visión estratégica o potenciar la autoconfianza y el liderazgo. Siempre va a ejercer una influencia positiva, y, además, no sólo se limitará a la parte profesional, sino también a la personal.

Atendiendo a la etimología, el término Mentoring procede de la mitología griega, y es que cuando Odiseo (Ulises), rey de Ítaca, partió para la Guerra de Troya, dejó a su mejor amigo, Mentor, a cargo de la educación de su hijo Telémaco. El objetivo no era otro que preparar a Telémaco para convertirse en un rey sabio y prudente. Realmente fue la diosa Atenea quien apareció disfrazada de Mentor para guiarle y transferirle su sabiduría.

El mentor-coach es un híbrido que comparte muchos rasgos con el Coaching, entre los que se encuentran la escucha activa, la calibración y el Rapport, las preguntas adecuadas, el establecimiento de metas o el feedback. Y una de las mayores diferencias que podemos encontrar entre el Coaching y el Mentoring es que en el segundo sí se dan consejos basados en la experiencia. Por lo tanto, el mentor suele ser una figura de reconocido prestigio dentro de la profesión, experimentada, valorada y capaz de guiar a otros en su recorrido profesional o en su ámbito.

Por otro lado, el mentor tiene que reunir una serie de valores y cualidades tales como conocerse a sí mismo, autoconfianza, equilibrio emocional y automotivación, saber valorar a los demás, y tener empatía, flexibilidad mental y compromiso.

Para ambas partes resultará fundamental generar una relación de confianza, y sólo funcionará el proceso de mentoría si existe sinceridad mutua. Por esta razón, el Mentoring conlleva una serie de responsabilidades del tutelado. Entre estas responsabilidades, deberá asumir la responsabilidad de gestionar su propio aprendizaje, comprometerse a invertir tiempo y energía en su desarrollo personal y profesional o mostrar apertura y disposición a enriquecer sus modelos mentales con nuevos conceptos, ideas y perspectivas.


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